Estilos de verdiales

ESTILOS DE VERDIALES

Hay noticias sobre la existencia de fandangos, en tiempos pasados, en otros lugares de la provincia: Valle del Genal, Estepona, Casares, Mijas, Tolox, Coín, Casarabonela, Carratraca, Ardales, Cómpeta, Vélez-Málaga, etc., ya, completamente desaparecidos o, aún peor, desnaturalizados bajo la denominación de fandangos “abandonaos”, domesticados, cuando no re-inventados, por la extinta Sección Femenina. En todos esos fandangos utilizan, como mínimo, pandero, platillos y guitarra. En algunos, la carrañeca. Pero las personas de más edad recuerdan haberse usado violín y en algún caso, laúd.

En la actualidad existen tres estilos de verdiales como son Almogía, Montes y Comares.

FIESTA DE LOS MONTES DE MÁLAGA

Es la fiesta de verdiales por excelencia. De hecho, ha tomado este nombre por influencia de un partido rural de los Montes malagueños: el Partido de Verdiales. El verdial de los Montes abarca Casabermeja y Arroyo Coche, al Norte; Montes de Málaga, con los partidos de Barranco del Sol, Verdiales, Roalabota, Chaperas, Jotrón y Lomillas, como centro; Santo Pitar, Totalán y Benagalbón en los límites con la Axarquía, al Este; Jaboneros y la capital, al sur.

 

Se distingue por el predominio del compás y la relevancia del pandero, el cual, va marcando un ritmo al que se somete el resto de instrumentos, resusltando una fiesta bravía, rústica, en la que se aprecian al instante sus hondas raíces. El pandero es el soporte rítmico de la panda, acompañado del chasqueo de platillos. Mientras, el violín va desgranando sus notas, al compás del suave rasgueo de las guitarras.

Pero lo realmente significativo de esta modalidad es el acentuado componente ritual de las pandas, su peregrinar en los días y noches del solsticio de invierno con final en la ermita de Verdiales, consagrada a la Virgen de los Dolores, Venta Galwey, Venta Nueva, Venta del Túnel, últimamente, Venta San Cayetano, en Puerto de la Torre, cuando ya la riada de gentes deseosas de vivir la Fiesta Mayor hizo imposible mantenerla en el exiguo recinto de una venta de los Montes, su lugar natural.

También, y no es asunto menor, están muy arraigadas a esta fiesta costumbres como el choque de pandas, la rifa, los “juegos”, las pullas, etc. Las pandas de Montes, estuvieron vinculadas a hermandades de Ánimas y a los bailes organizados por éstas.

Son numerosos los aficionados que consideran a esta fiesta como la mas honda, la que más llega al corazón y a la sensibilidad de los que la oyen. Sin duda, no será más arcaica que las otras modalidades pero ha sufrido menos influencia arabizante, conservando en plenitud elementos pre-islámicos, mozárabes, de músicas populares ibéricas, lo que se puede comprobar en lo conciso de su línea melódica y la rotundidad ancestral y primaria del compás.

FIESTA DE COMARES

Es la que se interpreta en la Axarquía. Con centro en Comares y sus alquerías, comprende, al Norte, Colmenar, Periana y Riogordo, influyendo al fandango de Alfarnate; al este, Cútar, Salto del Negro y Benamargosa; al Sur, Santo Pitar, El Borge, Almáchar y Moclinejo.

Como rasgo singular presenta su enorme riqueza melismática, consecuencia de la melodía de laúd y bandurria junto a los arabescos del violín y el punteo de las guitarras en lo que denominan “Bajín” porque las guitarras puntean en los bordones (“Bajos”) cuando los instrumentos de cuerda echan una “subía” o copla sin ser entonada por ningún cantaor. Forman una verdadera orquestina popular producto de su clara herencia morisca. Los platillos van repiqueteando sobre el continuo compás de ¾ del pandero. Resulta, en conjunto, una fiesta bellísima al oído, melódica y refinada.

La fiesta comareña se ha entendido y practicado de manera distinta a las otras, en el sentido de no tener por costumbre, hasta la década de los setenta del siglo pasado, organizarse en pandas establecidas ni contar, por consiguiente, con las figuras del alcalde, abanderado, etc. Tampoco usaban el sombrero de lazos ni participaban en rifas. Era una fiesta de carácter familiar y se formaba en casa con cualquier pretexto, pidiendo prolongarse durante tres o cuatro días.

FIESTA DE ALMOGÍA

Es la modalidad predominante al norte y oeste de los Montes de Málaga, siguiendo el valle del Guadalhorce desde Villanueva de la Concepción, La Joya (Antequera), Almogía, Álora, Pizarra, Cártama, Maqueda hasta Campanillas.

De ritmo vivo y alegre, las guitarras rasguean acompañando a un violín cuya melodía destaca por sus notas agudas. Los platillos repiquetean con ritmo repetitivo mientras el pandero los sigue a compás. Antiguamente, al alcalde se le conocía como mayordomo. Las pandas solían terminar la Pascua en la ermita de las Tres Cruces, en los límites de los municipios de Álora, Almogía, Pizarra y Cártama.

En resumen, tres expresiones de una misma realidad: una fiesta de fandangos arcaica y rica en rituales. Una bellísima manifestación musical, de danza y canto. La ocasión perfecta para el encuentro con la amistad y el amor. Un testimonio vivo y pujante de lo que ha sido la música popular española de remotos tiempos y que abarca desde el presente hasta donde se pierde la memoria.